Creo que sea por pura deformación profesional que, vaya a donde vaya e instintivamente, voy comprobando que las banderas que veo estén ordenadas correctamente. Y si esas banderas están mal ordenadas y las tengo que ver cada día es como… como cuando me levanto muy temprano y, con el estómago vacío, me tomo una taza tamaño “Venti” del Starbuck de café americano y, acto seguido, me subo en el metro y recibo un codazo en todo el epigastrio: ¡vamos, como una patada en la boca del estómago!
Las banderas tienen una singular función y está documentada su existencia histórica desde el 550-330 a.C., durante el Imperio Persa. Y hasta la Biblia las cita en ocasiones:
“Me llevo a la casa del banquete y su bandera sobre mi fue amor “ Cantares 2:4
“Levantad bandera sobre un santo monte, alzad la voz a ellos, alzad la mano para que entren por puertas de príncipe” Isaías 13:2
No me voy a detener aquí en contar toda la historia, puesto que no es a lo que iba; sin embargo diré que, como dice Ley 39/1981, de 28 de octubre, por la que se regula el uso de la bandera de España y el de otras banderas y enseñas: “la bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución.”
La misma Ley preceptúa el color y forma reglamentarias y los tratamientos honoríficos debidos a la misma. Y dónde y cómo debe ondear.
Dice además: “En las Comunidades Autónomas, cuyos Estatutos reconozcan una bandera propia, ésta se utilizará juntamente con la bandera de España en todos los edificios públicos civiles del ámbito territorial de aquélla, en los términos de lo dispuesto en el artículo sexto de la presente ley.” “Cuando los Ayuntamientos y Diputaciones o cualesquiera otras Corporaciones públicas utilicen sus propias banderas, lo harán junto a la bandera de España en los términos de lo establecido en el artículo siguiente.”
Es muy fácil y sencillo aprender a colocar banderas.
Las banderas se colocan siempre de mayor a menor importancia, ocupando la bandera nacional el puesto de mayor honor. Si el número de banderas sea impar, se coloca en el centro la bandera española, y alternando a derecha e izquierda el resto de banderas. Si el número de banderas es par, en el centro la bandera española, empezando por su izquierda, se van colocando de forma alternante, y por orden de importancia, a izquierda y derecha de la misma. Si se encuentran en la puerta de un edificio se pueden disponer en una única fila, empezando por la de mayor importancia y finalizando con la de menor, o en dos filas paralelas e idénticas, guardando perfecta simetría. En primer lugar se coloca la bandera del país, ordenadas por orden alfabético, en el idioma del país, si todos son europeos, o en inglés para otra clase de eventos internacionales.
En cuanto a la bandera de la Unión Europea, la Comisión Europea recomienda izarla en los lugares públicos en un lugar especial, fuera de la ordenación de las banderas oficiales. No tiene obligatoriedad para los países miembros, ni está legislado su uso, pero se recomienda en días señalados como el Día de Europa (9 de Mayo) o el 25 de marzo (aniversario de la firma del tratado de Roma). Solamente es de carácter obligatorio en sedes que tengan que relación con la Unión Europea o tengan relación con alguna iniciativa propia de la unión.
Puesto que la bandera simboliza, en el caso de la nacional, a toda la nación; en el caso de una Comunidad Autónoma, a todas las provincias que la componen, etc.… creo que es importante tenerlas en cuenta y se da por descontado su alto valor. Ellas expresan nuestro orgullo y sus colores muestran nuestra más profunda idiosincrasia. Que se lo digan a los seguidores de la “Roja”, a los fans del motociclismo,… Nadie puede negar que no le da un vuelco el corazón de alegría cuando en pleno concurso o evento internacional ve los colores de su bandera… Porque las banderas también expresan el orgullo de sentirse un individuo en medio de una colectividad y no un borrego en medio de un rebaño; expresan unión e individualidad, respeto, valores de convivencia,… En fin, los valores propios de aquellos a quienes representan.
Es por esto que me queman los hígados todos aquellos que no les dan su correcto trato, aunque reconozco que, en la mayor parte de los casos, es por ignorancia. Dar preferencia o tratar con respeto una bandera es símbolo del deseo de hacer lo mismo con aquellos a quienes representa y una muestra de evidente cortesía y buena disposición.
Quizá es por esto que lo que de verdad me hace saltar las lágrimas es que sean los propios organismos oficiales los que no respeten las normas establecidas en su elaboración, trato, colocación… Una ley puede ser derogada o modificada, pero mientras permanezca en vigor, en un ambiente democrático, lo más lógico es que se le deba respeto. Espero que al leer esto os entren ganas de leer la Ley de la Bandera y la historia que hay detrás de ella, podéis hacerlo en la página oficial de Moncloa. Os aseguro que es cortito y se lee muy fácil; el saber no ocupa lugar y engrandece al hombre.
A continuación, una foto con la debida colocación y, las sucesivas, las que no lo están