Caballerosidad Vs violencia de género…

«Dadme un caballero y os devolveré un santo», decía San Ignacio. La caballerosidad en un hombre no es sólo un conjunto, una suma de valores, una manera de comportarse. La caballerosidad es el reflejo externo de un hombre que, reconociendo y conociendo su dignidad de persona, reconoce también la de los que le rodean y les trata conforme a ello.

En un mundo de diferencias, un caballero es aquel que sabe comportarse, por encima de todo, el que tiene buen juicio y sabe que «el buen juicio no necesita violencia» (Martin Luther King). Un caballero es el que da sin esperar nada, porque sabe que «es de bien nacido ser agradecido».

Y un caballero, en el trato con una mujer, es aquel que sabe que todos venimos de una mujer y la trata conforme a tal. El que habla con ella, la escucha; no le levanta la voz sino que sabe aprender de sus palabras y de sus silencios. El que sabe ver en su mirada el brillo de la vida. Un caballero no es cobarde, porque todo aquel que actúa con violencia sabe, en su fuero interno, que la violencia es el fruto de la cobardía. Es la excusa que se esconde tras la debilidad más profunda, que es la del alma.

Los que me conocéis sabéis que no me gustan las cosas mal hechas, pero que hasta las cosas mal hechas acaban por gustarme, porque no puedo parar hasta que las arreglo. Eso sí, las cosas materiales son fáciles de arreglar… Lo que no es tan fácil de borrar son las heridas del alma, las cicatrices que dejan en el corazón los golpes y el maltrato.

Si eres hombre, si eres un caballero de verdad, sabes que la educación de la mente y del alma son las más poderosas vacunas contra la violencia y esas se aprenden en la escuela, en la Universidad, pero ante todo en los ojos de una mujer. Porque de ella viene la vida. Porque la educación es la raíz de la cortesía y de la elegancia. Porque ser cortés no es ser servil, sino hacerse digno, dignificarse y dignificar al resto. Porque sabe que cada individuo es único.

Si eres mujer, no calles ante la violencia, porque aunque creas que eres la débil tú eres la fuerte, tú eres la que tiene el poder, la fortaleza, la magia… a pesar de que no seas consciente. Porque por cada hombre que pega a una mujer, hay cientos de caballeros esperando por ella. Y si no me crees escucha esta canción de James Blunt, because «you’re beautiful»:

My life is brilliant

My life is brilliant
My love is pure
I saw an angel
Of that I’m sure
She smiled at me on the subway
She was with another man
But I won’t lose no sleep on that
Because I’ve got a plan

You’re beautiful, you’re beautiful
You’re beautiful, it’s true
I saw your face in a crowded place
And I don’t know what to do
Because I’ll never be with you

Yes, she caught my eye
As she walked on by
She could see from my face that I was
Fucking high
And I don’t think that I’ll see her again
But we shared a moment that will last till the end

You’re beautiful, you’re beautiful
You’re beautiful, it’s true
I saw your face in a crowded place
And I don’t know what to do
Because I’ll never be with you

You’re beautiful, you’re beautiful
You’re beautiful, it’s true
There must be an angel with a smile on her face
When she thought up that I should be with you
But it’s time to face the truth
I will never be with you

James Blunt – You’re beautiful

1467197_554861117934017_1590139329_nFoto por cortesía de : https://www.facebook.com/pages/LoVe-FoR-fLoWeRs/189120234508109

2 respuestas a «Caballerosidad Vs violencia de género…»

  1. Caballerosidad o violencia sutil, un tema interesante y a la vez complicado en tanto a cuando es una cosa y cuando la otra, y precisamente creo que la clave están en los límites. Así como la sobreprotección puede llegar a ser considerada una forma de violencia, algunas actitudes consideradas dentro de lo caballeroso pueden alcanzar niveles de control y por tanto violentar a la otra persona, pero entonces se pierde la esencia de la caballerosidad como valor, como atención, como educación y pasa a convertirse una forma de violencia sutil, que si no es detectada a tiempo y por el contrario, se justifica dicho control con esa errónea caballerosidad, entonces se confunde uno con otro término, y por ende estaríamos hablando de dos cosas muy distintas. Tener cuidado de distinguir los límites, para que la violencia sutil no se confunda ni justifique con la caballerosidad.

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