El pasado 30 de septiembre de 2016 se celebró el funeral por Shimon Peres, el hombre, con apellidos sefardíes, que soñó ser poeta y pastor de ovejas y terminó como diputado durante 48 años, ministro, jefe de Gobierno y presidente de 2007 a 2014. Tuvo lugar en el Monte Herzl de Jerusalén, donde están enterrados los “Grandes de la Nación”.
La oficina de prensa del Gobierno israelí contó un total de noventa delegaciones de setenta países y más de una treintena de jefes de estado y de gobierno.
Felipe VI representó a España en el funeral, sentado en un lugar privilegiado entre el matrimonio Netanyahu y el presidente de Israel, Reuven Rivlin, durante la ceremonia fúnebre.
Don Felipe, mantuvo una reunión previa al funeral, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, con el presidente de Israel. Esta tuvo lugar en la sede de la Presidencia del Estado de Israel y en el desarrollo de la misma el Rey invitó al presidente de Israel a hacer una visita oficial a España y viceversa.
Es probable que esta visita motivase el retraso del rey, que llegó cuando ya estaban todos en su lugar y con los lazos puestos; esto motiva la ausencia del lazo en la solapa de D. Felipe, como se intuye en el vídeo de la llegada.
Es de destacar que nuestro rey acudiese a la ceremonia con kipá, la prenda tradicional con la que se cubren los hombres judíos por respeto en presencia de Dios.
Tengamos en cuenta que Don Felipe, posee el título honorario de Rey de Jerusalén. El reino de Jerusalén fue fundado a raíz de la Primera Cruzada y tan solo estuvo vigente a lo largo de dos siglos (1099-1291). A pesar de que 1291 dejó de existir, el título al trono perduró vinculado al de Nápoles. Fernando el Católico nombrado en 1504 rey de Nápoles se trajo el título a España y desde entonces la corona española ostenta dicho cargo; de ahí que Felipe VI, además de España, sea también rey de Jerusalén.
Como vemos, nuestro país tiene fuerte raigambres históricas con el Israel. De hecho, el Parlamento español aprobó hace poco más de un año una ley por la que los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492 podían solicitar la nacionalidad española. La condición es que el solicitante tiene que demostrar que es descendiente de los expulsados mediante el visto bueno de la Federación de Comunidades de España. En Israel, la Federación colabora con entidades autorizadas por el Ministerio de Justicia de nuestro país, entre ellas, la Unión Sefardí Mundial (USM), que certifican el origen sefardí.
Una respuesta a «La kipá del Rey»
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