Problemas protocolarios de micción

Me llama la atención cómo hay personas que siguen empecinadas en ese absurdo vicio de la ruptura o salto olímpico del protocolo

La definición de protocolo que da la Real Academia es clara y sencilla. Y como me descuide WordPress y Google me van a sancionar por repetirla una y otra vez:

Conjunto de reglas establecidas por norma o por costumbre para ceremonias y actos oficiales o solemnes.

Hace poco encontré, a través de un poste de mi compañera Diana Rubio, una noticia de la Sexta que acusaba al papa de “romper el protocolo” para miccionar.

Por más que he buscado leyes, normas y costumbres inveteradas, no encuentro la que impide a un señor de edad parar por causa de una necesidad primaria. Y en la Escuela de Protocolo debí faltar el día en el que explicaron que había que incluir en el programa, el cronograma y el Ordo Procedendi el momento adecuado para ello. Desconozco, además, el orden establecido para las intervenciones dentro del urinario… ¡mira que si meto la pata y organizó un conflicto diplomático!

Cierto que uno sale llorado y miccionado de casa. Todos hemos tenido una madre o una abuela que nos la han enseñado, pero una urgencia se perdona y entra dentro de la normalidad… a no ser que seas Terminator o Bender el de Futurama. 

Lo que de verdad me plantea cuestiones e interrogantes es si los que han fotografiado al Santo Padre saliendo del urinario no son los que se han saltado el protocolo social….

Una respuesta a «Problemas protocolarios de micción»

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